DONDE TODO EMPEZÓ. INICIOS
Ricardo Tormo nació en Ayacor (Valencia) el 7 de Septiembre de 1952.
Desde muy joven mostró afición por las motos y empezó a trabajar en el taller mecánico de su tío Pascual.
Su primera Carrera
En el año 1970 Ricardo Tormo obtuvo su primera Licencia Nacional de Piloto expedida por la Real Federación Motociclista Española como corredor del Moto Club Játiva.
Para conseguirla, su amigo vicente Mallol falsificó la firma del padre de Ricardet, ya que éste aún no había alcanzado la mayoría de edad y su padre no veía con buenos ojos que su hijo fuese piloto.
La primera carrera que disputó Ricardo Tormo como piloto federado data del 15 de Noviembre de 1970 en Cullera. Aquel día consiguió un segundo puesto en la categoría de 75cc.
MUNDIAL 1978. TORMO DEMUESTRA SU VALÍA
En 1977 Ricardo Tormo se convirtió en piloto oficial de Bultaco.Esa temporada subió al podio en cinco ocasiones, incluido el primer puesto en la útlima carrera disputada en Suecia.
El año siguiente, fue testigo del talento que poseía este valenciano nacido en Ayacor cuando se proclamó 5 veces vencedor y dos veces segundo en las pruebas del Mundial de 50cc de 1978.
El Gran Premio de Alemania en Nürburgring de 1978 supuso prácticamente el triunfo mundialista.
Aproximadamente una semana antes de esta carrera el valenciano se fue a Alemania.
Allí contactó con el distribuidor de Bultaco y consiguió hacerse con una moto de calle con la que estuvo preparándose bajo la lluvia en la pista interminable, en uno de los circuitos más inhóspitos que ha conocido el Continental Circus.
A falta de celebrarse en Rijeka (Yugoslavia) la última carrera del Mundial, Tormo y Dani Mateos fueron atracados en Barcelona durante un paseo en coche.
Mientras estaban parados en un semáforo, dos individuos les obligaron a punta de pistola a entregar el dinero que llevaban encima, y, a continuación, les sustrajeron el Seat Fu de Daniel.
MUNDIAL 1981. EL RESURGIMIENTO
El año 1981 no empezó muy bien para Ricardo. El campeón se encontraba en una situación crítica.
Tras la quiebra de la fábrica de Bultaco todo parecía indicar que no podría competir para alcanzar de nuevo la gloria. Sin embargo, el destino le deparaba, otra vez, grandes gestas deportivas.
Conseguir lo imposible
Ricardo retornó a sus orígenes con Ángel Carmona como mecánico y su amigo fontanero Salvador Carsí como ayudante.
Como se había quedado sin moto decidió recuperar la vieja Bultaco de 1978 de 50cc y empezó una andadura heróica con escasos recursos.
El Campeonato Mundial comenzó francamente mal. La Bultaco no aguantó ni 500m antes de romperse en el circuito de Hockenheim (Alemania).
No obstante poco a poco fue imponiéndose a Stefan Dorflinger, el gran rival a batir ese año y se impuso en varias pruebas. En la prueba celebrada en Assen (Holanda) Ricardo Tormo ganó y Dorflinger se cayó, lo que le mantuvo alejado de los circuitos el resto de temporada. Ricardo volvía a ser el rey de los 50cc.
¿SABÍAS QUÉ? GANÓ LA ÚLTIMA CARRERA DE 50CC
El último gran premio de la categoría de 50 cc se disputó en el circuito de Imola en el año 1983.
Ricardo Tormo se impuso en este trazado batiendo el récord de la pista a los mandos de una Garelli.
Es en Imola, última carrera del año, donde se ve a ese Ricardo que tan bien conocíamos todos. En los entrenamientos había batido el récord vuelta tras vuelta, en las tres últimas. Primero en parrilla, arranca con cuatro o cinco rivales delante de él, y en la primera vuelta pasa por delante de un grupo de unos doscientos aficionados de Cullera que estábamos en la chicane antes de meta, solo. A los once segundos viene el pelotón. ¡¿Cómo puede ser que les haya sacado once segundos en una vuelta?!
¡Este tío está loco! Él no sabía esperar, no sabía de estrategias; esto no lo sabía hacer. Total, que en la última vuelta casi le veía a Dorflinger.
Se para en la chicane, en donde estamos todos, se baja de la moto y nos chilla
¡Eh, eh, que voy a ganar!
Nosotros: Ché, ¿pero qué haces? Tira, tira
Arranca la moto, se sube y todavía le sacó a Dörflinger 58?
POR SIEMPRE, UNA FIGURA INOLVIDABLE
Si partimos de la idea de que todo ser humano nace con una habilidad, la de Ricardo Tormo Blaya fue, sin duda, correr en moto. Pese a las dificultades económicas y técnicas a las que tuvo que enfrentarse durante toda su trayectoria profesional, quienes tuvieron la suerte de verle pilotar en sus comienzos no dudaron de que Tormo acabaría ganando carreras y escribiendo un capítulo destacado en la historia del motociclismo español.
Su legado
Más de una década después de su fallecimiento, Ricardo continúa siendo una figura referencial de este deporte; su nombre da la bienvenida al Circuit de Velocitat de la Comunitat Valenciana y su recuerdo permanece intacto en la memoria de quienes vivieron una época capital para el motociclismo valenciano y español, y en las generaciones posteriores de aficionados que se han topado con su historia. Tormo no entendía la vida sin las motos y, a la vez, no sabía correr sin el corazón.
Hasta siempre, campeón.